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22.7.13

Hoy Compartimos... me lo contó mi abuela


me lo contó mi abuela


















Me encanta el tema de esta nueva quedada de Hoy Compartimos. Aunque he de reconocer que me ha costado bastante más que las anteriores. El tema de este mes era: 

"Me lo contó mi abuelo/abuela"

 Complicado. Y no porque mis abuelos no me hayan contado cosas a lo largo de mi vida, sino porque me ha costado muchísimo darles una cierta coherencia para no desviarme demasiado de la temática de mi Blog. Y, aún así, no lo he conseguido. Pero como el tema era precioso, no pude resistirme, por lo que en la entrada de hoy me dispongo a abrir la puerta de mis recuerdos y compartir con vosotros algunos de ellos.

Yo era de esas niñas que no comían, pero nada de nada. Y para las mamis que me leáis... ¡no os preocupéis! No vamos a desfallecer por saltarnos alguna comida. Si no queremos comer, es porque no tenemos hambre. He perdido la cuenta de la cantidad de comida que mi madre encontraba en los lugares más desconcertantes... y no hablo sólo de cuando era una niña pequeña... las últimas trastadas relacionadas con la comida fueron de mi época adolescente... Qué le vamos a hacer. Comer no era lo mío. 

Yo no lo recuerdo, pero mi abuela me cuenta que cuando era pequeña, para conseguir que abriese la boca, tenían que soltar a las gallinas. Sí, me sentaban en una de las ramas del manzano que tenían en el patio de la casa e intentaban que abriese la boca como fuera... Y bueno, algo entraba, supongo... Pero esa no es la historia sobre mi problema con la comida que recuerdo como más graciosa de todas las que me ha contado mi abuelita...

La más divertida, al menos ahora lo es después de tanto tiempo, fue la de una tarde durante la merienda. Como para mi comer era una agonía, me dejaban hacer cosas "raras", en plan juego, a ver si así me dignaba a probar bocado. Pues bien, una de esas veces... me metí debajo de la mesa. ¡Y oye! Mi abuela me iba dando trocitos de sandwich y parece ser que me lo comí como las balas. Todo el mundo feliz y contento... de momento.




































Días después... barriendo la casa... apareció el sandwich (los trocitos que quedaban de él) debajo del sofá que había junto a la mesa. Vamos, que ese día mientras mi entregada abuelita me daba trocitos minúsculos para que comiese algo... me los metía en la boca para disimular un poco e iban derechitos debajo del sofá... Lo que viene siendo "guardar las apariencias". Un desastre... Otro truco que no funcionaba, como el del manzano y las gallinas... 

Hasta la época universitaria no empecé a comer con normalidad. Supongo que eso de vivir sola es lo que tiene, no hay nadie que te obligue y claro, al final hay hambre. ¡Ahora incluso como marisco y verduras! Todo un logro... ¡Y gazpacho! Me he ganado una medallita. Yo era de esas que apartaban los guisantes de la paella... bueno, y los calamares, las almejas... Mi paella era un pollo con arroz en toda regla.

Y después de esta breve confesión sobre mis hábitos alimenticios del pasado que, espero, os haya animado a más de una mami preocupada por sus peques, os dejo una lámina que he diseñado especialmente para la ocasión. Podéis descargarla y usarla libremente, como todo lo que subo en este Blog. Y, de verdad, no os preocupéis demasiado, que cuando tenemos hambre, ¡nos comemos lo que sea! Hasta esas lentejas que llevan tres días esperando en la nevera. Doy fe.





































¿Quieres seguir descubriendo más recuerdos entrañables relacionados con los abuelos de mis compañeros de quedada? Aquí os dejo el listado:

También podéis visitar nuestro Blog, o buscarnos en Twitter a través del hashtag #HoyCompartimos.

Un fuerte abrazo,

Celia ♥



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  • Zombydolls22 de julio de 2013 18:41

    Yo también hacia de las mias comiendo, pero lo del sandwich me ha hecho mucha gracia...vamos que es el sofá acabo bueno ;)
    y la ilustración que has hecho muy chula con la abuelilla

    Besos!!

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    Respuestas
    1. Celia Espada García22 de julio de 2013 19:11

      Jajaja ¡pues imaginate la parte de abajo! Jajaja

      Es mi abuelita jejeje con su pelo canoso y los ojos gris azulados. ¡era guapisima de joven! Ninguno hemos sacado esos ojazos :D

      ¡¡Besos sol!!

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  • RuthSMac.22 de julio de 2013 23:05

    Creo que de niños todos tenemos algo de eso, yo también le huía a la comida y ahora quisiera tener un poquito de eso por que todo me lo como y lidiar con mi peso es una problema serio.

    Gracias por compartir parte de tu historia.


    Saludos!

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    1. Celia Espada García23 de julio de 2013 00:48

      ¡¡Muchas gracias a ti, Ruth!!

      Saludos :)

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  • I want it I need it23 de julio de 2013 00:12

    jajajajajaj, qué risa!!
    Yo también era malísima comedora, mi madre siempre cuenta que se me hacía bola hasta con los fideos finos!!
    Pero si, con el paso del tiempo a mi también se me fue la manía...jeje!!

    Un post muy divertido!!

    Un besazo y gracias por compartir!!

    Laura

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    1. Celia Espada García23 de julio de 2013 00:48

      jajajaja ¡¡que bien!! somos un montón jijiji

      ¡¡Besos y gracias a ti!! ♥

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  • Mª del Carmen Aracil23 de julio de 2013 01:42

    Jajaja, que bueno Celia! pero vaya niña puñetera con la comida. Momentazo total con las gallinas. Me ha encantado, y felicidades porque el gazpacho no te lo podías perder.

    Pd. que bien he hecho en suscribirme, me encanta. He visto ya cosillas que van a quedar muy monas en mi blog ;-) Besos.

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  • Celia Espada García23 de julio de 2013 02:22

    Jajaja ¡ni te lo imaginas! Pero bueno, consuela saber que no soy la unica jajaja

    Me alegra que te gusten las cositas del Blog Privado :D

    ¡a ver que te parecen los cursos! Ya me contarás ;)

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  • Lo veo y me gusta23 de julio de 2013 08:48

    Menudo essssstressss le has debido de dar a tu abuela.
    Besos
    Susana

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    1. Celia Espada García23 de julio de 2013 12:23

      un poquito... pero era con cariño jijiji

      ¡¡Besos!!

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  • Mari Paz López25 de julio de 2013 22:42

    Ay Celia!! Espero que no tengas una niña inapetente como tu pues es la desesperación más profunda para una madre! Te lo digo por experiencia. Mi hija comía, pero lenta lenta. Vamos 2 horas para una tortilla la francesa con eso te digo todo! Ahora come fenomenal con 16!

    Las abuelas tienen más paciencia que las madres para eso y aguantan más. Las madres solemos perder los nervios antes.

    Gracias por compartir tu historia guapa!!

    Besotes!

    Podemos charlar juntas

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    Respuestas
    1. Celia Espada García26 de julio de 2013 11:43

      Pues la verdad es que tienes razón. Pero ¡no te preocupes! Yo era de lo más repelente que había con la comida ¡y mira ahora! como de todo y con ganas, son cosas de la edad :)

      Pero es que era verdad, no tenía ni pizca de hambre jajaja

      ¡¡Besos!!

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